
En un paciente joven con diagnóstico incierto, una masa retroperitoneal sospechosa de linfoma se resolvió espontáneamente antes de iniciar tratamiento. No hubo fiebre, ni infección aparente. El seguimiento con imágenes mostró regresión completa.
¿Fue un error diagnóstico, una remisión espontánea, o algo aún más raro? Estos casos nos obligan a mantenernos humildes ante lo inesperado.